Aunque como lo señalaban las encuestas, el conservador Partido Popular el más votado en las elecciones parlamentarias de este domingo, la coalición de izquierda gobernante, liderada por el Psoe de Pedro Sánchez tiene mayor chance de formar gobierno.
Sin embargo, el líder del Partido Popular español (PP), Alberto Núñez Feijóo, dijo que quiere “intentar” formar gobierno tras ser la fuerza más votada en las elecciones parlamentarias del domingo, aunque admite tener menos opciones de tejer alianzas para gobernar que el líder socialista.
“Como candidato del partido más votado, creo que mi deber” es “intentar gobernar nuestro país”, dijo Núñez Feijóo a los simpatizantes del PP congregados ante la sede del partido.
Antes de convertirse en el líder nacional de su partido, Feijóo fue presidente de Galicia durante trece años, siempre con mayoría absoluta en el Parlamento regional, una anomalía en una España muy fragmentada políticamente.
“Es un moderado porque consigue seducir a votantes progresistas”, un pragmático que “hace gala (…) de lo previsible que es, es decir, se vende al electorado como un político de fiar”, dijo a Fran Balado, periodista gallego autor de la biografía “El viaje de Feijóo”.
Terminado el escrutinio, los populares dirigidos por Alberto Núñez Feijóo lograron 136 escaños en el Congreso de Diputados, mientras que los socialistas obtuvieron 122. En tercer lugar se encasilló el también partido conservador Vox, con 33 asientos, seguido de la novel formación izquierdista Sumar con 31. Así las cosas, el bloque de derecha suma 168 parlamentarios y la izquierda 153, ambos muy lejos de la mayoría absoluta requerida (176) para asegurar un nuevo Ejecutivo.
Sin embargo, en este escenario tras las adelantadas elecciones generales de hoy, la ventaja la tiene el jefe de gobierno Sánchez porque, como lo hizo en 2019, buscará de nuevo aliarse con las formaciones nacionalistas y exetarras, a saber: ERC, que tiene 7 curules; Junts (7), el Partido Nacional Vasco(5) y Bildu (6). Con ellos sobrepasa el umbral requerido (176 bancas).
Al bloque de derecha matemáticamente le sería imposible llegar a esa mayoría absoluta, porque solo podría sumar una curul de la Unión del Pueblo Navarro (UPN), otra del nacionalismo gallego (BNG) y la de la Coalición Canaria (CCA).
El mapa político de España volvió a teñirse de azul, el color de los conservadores tras esta cita de las urnas. Solo en 9 de las 50 circunscripciones electorales ganaron los socialistas: Barcelona, Sevilla, Navarra, Girona, Cáceres, Tarragona, Lleida, Bayandoz y Alaba. Mientras, Bildu se impuso en Gipuzkoa y el Partido Nacional Vasco en Viscaya.
Los populares se alzaron con el triunfo en Madrid, Toledo, La Rioja, Valencia, Cádiz, Huelva, Asturias, Alicante, Coruña, Murcia, Albacete, Ciudad Real, Jaen , Almeria, Granada, Córdoba, Malaga, Castellón, Teruel, Huesca, Zaragoza, Cuenca, Guadalajara, Soria, Burgos, Avila, Segovia, Valladolid, Palencia, Cantabria, Salamanca, Leon, Pontevedra, Lugo, Ourense y Zamora..
Así las cosas, Sánchez deberá comenzar a negociar con todas las formaciones para mantener las llaves de la Moncloa, lo que se oficializa en el Debate de Investidura que inicialmente se calcula tendría lugar a finales de agosto o a más tardar la primera semana de septiembre.
Será investido jefe de gobierno aquel candidato que consiga la confianza del Congreso por alguna de estas dos vías: en la primera votación sumando la mayoría absoluta (176 diputados) o, en una segunda oportunidad, 48 horas después, logrando más votos a favor que en contra.
De darse un bloqueo, es decir, que ninguno de los bloques de derecha o izquierda logren la mayoría para formar Ejecutivo, se convocará a nuevas elecciones..
En un día de mucho calor en pleno verano, los centros de voto estuvieron muy concurridos a primera hora, y la participación en el conjunto de la jornada fue de casi el 70%, superior a la de los comicios de 2019 (66,23%).
A causa de las vacaciones, principalmente, 2,5 millones de personas votaron por correo, una cifra récord.