Paralelamente, la Real Federación Española de Fútbol (RFEF) también ha investigado el caso. El Comité de Cumplimiento de la RFEF concluyó que no existe ningún conflicto de intereses entre las actividades empresariales de Munuera Montero y su labor como árbitro…, exonerándolo de cualquier irregularidad y permitiéndole volver a arbitrar cuando el Comité Técnico de Árbitros lo estime oportuno.

En respuesta a las acusaciones, el Atlético de Madrid ha mostrado su descontento a través de sus canales oficiales. En un tono irónico, el club se dirigió a la Real Academia Española (RAE) en redes sociales, buscando sinónimos para el término “fake news”, y sugiriendo palabras como “mentira, engaño, patético. Esta acción refleja la postura del club ante lo que consideran informaciones falsas que dañan la imagen tanto del Atlético como del fútbol en general.

Por su parte, José Luis Munuera Montero ha expresado su preocupación por el impacto de estas acusaciones en su entorno personal. En declaraciones recientes, el árbitro manifestó: “Mi familia es la que más está sufriendo, mis padres no se merecen esto”. Estas palabras reflejan el lado humano de una controversia que ha trascendido lo profesional, afectando la vida personal del colegiado.

Este incidente pone de manifiesto la rapidez con la que las redes sociales y ciertos medios pueden propagar información no verificada, generando controversias que afectan la reputación de individuos y entidades. El Atlético de Madrid ha hecho un llamado a detener este tipo de campañas que perjudican gravemente la imagen del fútbol, enfatizando la necesidad de responsabilidad y veracidad en la difusión de información.

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