De esta manera, el profe Montoya tuvo la oportunidad de ser nuevamente técnico del Once Caldas, aunque sea por un instante, después de aquella campaña en la que el equipo se coronó campeón de la Copa Libertadores en 2004.
Fue precisamente en ese mismo año que se presentó aquel lamentable hecho de inseguridad en el que le recibió dos disparos en su médula espinal que lo dejaron en estado de cuadriplejía. Esto se produjo justo cuando ya había llegado a un acuerdo con la Roma de Italia para convertirse en su nuevo entrenador.
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Aunque este hecho pudo comprometer su vida, Montoya se ha convertido en un verdadero ejemplo de superación desde ese entonces y una inspiración para aquellas personas que viven en condiciones similares, por lo que recibió el apodo del “Campeón de la vida”.
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